Los pies son esos grandes olvidados, ya sea por la creencia de que todos son feos o de que están alejados de las partes más comúnmente visible. A veces los tratamos como una herramienta de transporte sin darles el cuidado que se merecen.
Lo primero y esencial es el aseo diario, lavarlos con jabón que mantenga la acidez normal de la piel. Es importante secarlos completamente prestando especial atención entre los dedos, para evitar infecciones. Siempre nos agradeceremos a nosotros mismos dedicar unos minutos a hidratarlos, ya sea con un aceite o crema, mejor aún si lo acompañamos con un leve masaje. Esta es una forma de querernos un poco más, si lo hacemos antes de dormir será mucho más agradable y relajante.
El calzado tiene que ser adecuado, lo mejor es usar calzado de piel y calcetines de algodón. Es algo a lo que no solemos prestar mucha atención, a veces difícil de cumplir si somos exclavos de las modas y las presiones sociales. Por supuesto no usar tacones altos, es el mayor instrumento de tortura para nuestros pies. Al principio puede ser más difícil cambiar nuestros hábitos pero con el tiempo nos lo agradeceremos a nosotros mismos.
Hacer ejercicio es muy importante, mantener una vida activa, nos hará más ágiles y fuertes, muchas de las pequeñas incidencias que podemos tener en la vida diaria son causa de una baja coordinación.
La alimentación es muy importante para mantener un sistema inmunitario fuerte, así evitaremos la instalación de hongos en nuestros pies.
Lo más importante y que nunca debemos olvidar es que "tu salud está en tus pies"
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