Comenzó el verano y muchos de nosotros estamos deseando de usar el calzado
veraniego. Chanclas, sandalias, tacones ligeros… un sinfín de posibilidades.
Se suele pensar que lo mejor en verano es llevar los pies descubiertos sin
prestar atención al tipo de calzado que usamos. Quizá por moda por cultura o
sociedad son los pies de las mujeres y niños los que más sufren.
En mi caso particular uso plantillas desde hace varios años. Uso zapato cerrado todo el verano, al principio creí que iba a ser caluroso y molesto, pero con la experiencia me he dado cuenta lo mucho que he ganado en bienestar y para nada se me ocurre volver a usar los zapatos que usaba antes.
Vamos a ver una serie de características que debe cumplir nuestro calzado de verano:
Vamos a ver una serie de características que debe cumplir nuestro calzado de verano:
- Una suela gruesa. La suela tiene que ser confortable y
que recoja las diferencias del suelo.
- Tacón pequeño. Esto quiere decir que no debemos usar
zapatos totalmente planos. El tacón (siempre menor de 4 cm) amortigua cada paso
que damos y así las rodillas sufren menos.
- Tejidos transpirables, el tejido es muy importante. Un
tejido que absorba el sudor y a la vez mantenga los pies frescos.
- Tejidos naturales para nuestros pies. Un tejido natural y de buena calidad se adaptará
mejor a nuestros pies minimizando el daño por rozaduras.
- Calzado sujeto. Evitar todo lo posible el calzado
suelto, sobre todo en niños pequeños puede causar mucho daño directo a los pies
o indirectos, por ejemplo problemas de espalda.
- Calzado
cerrado. El calzado cerrado también es una opción. Al no estar en contacto con
el aire y las influencias externas los pies se mantendrán en un mejor estado. Muy
importante que cumpla las condiciones anteriores: transpirables, suela cómoda,
sujetos…
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