Esta teoria fue desarrollada por el doctor William H. Fitzgerald, el cuál es considerado como el padre de la Reflexología actual. Esta teoría define cómo en el organismo existen unas líneas longitudinales, llamadas meridianos, que lo dividen en diez zonas.
Los meridianos se extienden desde la cabeza a los pies, al llegar al cuello y hombros éstos se separan, quedando en los brazos y piernas cinco zonas iguales, respectivamente. Los meridianos atraviesan todos los órganos y tejidos repruduciendo esta zona como en el reflejo, en nuestro caso en los pies.
A través de la manipulación en la zona refleja, la estimulación llega al órgano deseado y, finalmente, veremos el resultado en el resto del organismo. También podemos usar ésta técnica como prevención, un dolor en la zona refleja del pie nos indicará un desorden en el órgano indicado.
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